El México
independiente nace de una serie de factores ora surgidos ora acentuados
desde el periodo colonial preborbónico y sobre todo, en el periodo
borbónico o de las Reformas Borbónicas, incluyendo, por supuesto, las
influencias externas, pues entablado el trato con el mundo, no volverá
obligadamente, en ese sentido, a ser una nación aislada de él.
Las Reformas Borbónicas nacen como consecuencia del despotismo ilustrado, cuando los monarcas, fingen o pretenden seguir la pauta marcada por la Ilustración, sin abandonar su esencia despótica. Quizá el ejemplo más feliz del verdadero monarca ilustrado se alcance con Federico el Grande de Prusia.
El monarca de España, sin embargo, era Carlos III de Borbón (Felipe V antes y Carlos IV después), quien emprendiera con fortaleza una serie de cambios en sus posesiones americanas y muy especialmente, en su colonia más rica, la Nueva España.
Como esta serie de factores estaban encaminados a beneficiar a la metrópoli, pero no muchas veces a la colonia, se formó como un periodo si bien en algunos puntos de crecimiento (como el periodo que inicia en 1770, el más esplendoroso de toda la historia colonial) también de inconformidad.
Será este periodo desigual, contrastante, el que abra la puerta a la independencia y el que coincida en sus postrimerías con el crecimiento de Inglaterra y la decadencia del imperio español.*
La intrusión de Napoleón a España, el derrocamiento de Carlos IV y la defensa que hará el pueblo español por su patria en aquel lado, así como la locura desatada en Nueva España a partir de ello y el golpe de estado conservador en la Ciudad de México de este lado, son en definitiva el detonante del movimiento independentista.
Se obviará aquí la lucha independentista primero, porque ensancharía la microsíntesis, la que supone no ser muy extensa y segundo porque requiere labor aparte.
Las Reformas Borbónicas nacen como consecuencia del despotismo ilustrado, cuando los monarcas, fingen o pretenden seguir la pauta marcada por la Ilustración, sin abandonar su esencia despótica. Quizá el ejemplo más feliz del verdadero monarca ilustrado se alcance con Federico el Grande de Prusia.
El monarca de España, sin embargo, era Carlos III de Borbón (Felipe V antes y Carlos IV después), quien emprendiera con fortaleza una serie de cambios en sus posesiones americanas y muy especialmente, en su colonia más rica, la Nueva España.
Como esta serie de factores estaban encaminados a beneficiar a la metrópoli, pero no muchas veces a la colonia, se formó como un periodo si bien en algunos puntos de crecimiento (como el periodo que inicia en 1770, el más esplendoroso de toda la historia colonial) también de inconformidad.
Será este periodo desigual, contrastante, el que abra la puerta a la independencia y el que coincida en sus postrimerías con el crecimiento de Inglaterra y la decadencia del imperio español.*
La intrusión de Napoleón a España, el derrocamiento de Carlos IV y la defensa que hará el pueblo español por su patria en aquel lado, así como la locura desatada en Nueva España a partir de ello y el golpe de estado conservador en la Ciudad de México de este lado, son en definitiva el detonante del movimiento independentista.
Se obviará aquí la lucha independentista primero, porque ensancharía la microsíntesis, la que supone no ser muy extensa y segundo porque requiere labor aparte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario