«La visión que Swedenborg tuvo a treinta leguas de distancia del incendio de Stockholm, hizo mucho ruido en la segunda mitad del siglo XVIII. El célebre filósofo alemán Kant hizo ejecutar investigaciones a un amigo deSuecia en Gothenburgo, ciudad donde el hecho había ocurrido, y he aquí lo que de ello escribe a una de sus amigas1 :


"El hecho que sigue me parece sobre todo tener la mayor fuerza demostrativa y cortar toda clase de controversia: 'Era en 1759 cuando M. de Swedenborg, hacia fines del mes de septiembre, un sábado, hacia las cuatro de la tarde, volviendo de Inglaterra, se detuvo en Gothenburgo. M. William Castel le invitó a su casa en compañía de unas quince personas más. Hacia las seis, M. de Swedemborg que había salido, volvió al salón pálido y consternado y dijo que en aquel mismo momento había estallado un gran incendio en Stockholm, en el Sudermaln, y que el fuego se extendía con violencia hacia su casa...; dijo que ya la casa de uno de sus amigos, que nombraba, estaba convertida en cenizas y que la suya propia estaba en peligro. A las ocho, después de una nueva salida, dijo con alegría: 'Gracias a Dios, el incendio se ha apagado en la tercera puerta que precede a la mía'. La noche misma informaron al gobernador. El domingo por la mañana, Swedenborg fue llamado por aquel funcionario, que le interrogó sobre lo dicho. Swedenborg describió exactamente el incendio, su comienzo, su fin y su duración. El mismo día, la noticia se esparció por toda la población, que se emocionó tanto más cuanto que el gobernador le había prestado atención y que muchas personas estaban con cuidado por sus bienes y por sus amigos. El lunes por la tarde llegó a Gothenburgo una estafeta que el comercio de Stockholm había despachado durante el incendio. En aquellas cartas, se describía  el incendio exactamente del modo que acaba de decirse. ¿Qué se puede alegar contra la autenticidad de ese acontecimiento? El amigo que me ha escrito ha examinado todo eso, no solamente en Stockholm, sino hace dos meses en el mismo Gothenburgo; él conoce allí muy bien las casas más respetables y ha podido informarse completamente en esa población, donde viven aún la mayor parte de los testigos oculares, dado el poco tiempo (nueve años) transcurrido desde 1759.2" »


1.- Carta a Mlle. Charlotte de Knoblch, citada por Matter, vida de Swedenborg.

2.- Eschuré, Eduardo, Los Grandes iniciados, Grupo Editorial Tomo, México, 2000, pp 330-331.